Hernán Mejía Silva

MIL CARAS

No eran voces,

no eran temores,

no eran los suspiros,

no era yo…

 

Todos los rostros son el mismo,

mismo rostro vacío,

vacío de voz…

 

Hablaba el otoño de sus hojas caídas,

la misma hoja, mil veces,

un eco sin regreso de lo que fue la primavera…

lejana, con sus mil rostros también.