agusstin

El que mató nuestro amor

Te miro.

En las ventanas de mi alma te asomas; no puedo extrañarte más.

Tu vida sigue avanzando, mientras que la mía va empeorando.

 

Me duele mirarte y pensar que ya no eres parte de mí,

a pesar de haber sido yo el asesino de nuestro amor.

No paro de volver a preguntarme qué hubiera pasado

si esa vez no te hubiera abandonado.

 

Tal vez este sea mi castigo: extrañarte hasta unas millas más

y ver cómo tú pudiste irte sin más.

Las lágrimas caen y las puertas se cierran bruscamente;

ya no hay vuelta atrás.

 

Y aun así, donde mire, siempre te encontraré:

en un tal vez sí, en el pasado,

en un lugar encerrado, mirándome con tus ojos apasionados.