El sol parece no salir para todos
Una muchedumbre en estampida
- olas desbocadas en una playa sin nombre –
congela mis pasos.
Gritos de auxilio,
mezclados con llantos de bocas hambrientas,
desgarran mis tímpanos.
Niños con rostros marcados por el hambre,
suplicando migajas con sus cacerolas en ristre,
flagelan mi paternidad.
Soldados llegados de sombras,
con uniformes manchados de mandato,
atentan contra mi esperanza de paz.
Una cortina espesa de escombros,
polvo y sangre nubla mis pupilas.
Gobernantes sin alma
alzan sus copas mientras la tierra se desangra,
y
hacen llorar la mía.
Mutilados de guerra
arrastran lo que les queda de sí mismos
y
paralizan mis extremidades.
El olor a muerte,
se convierte en rutina,
y
se apodera de mi olfato.
Y yo, inmóvil, testigo sin voz,
solo atino a susurrar,
mientras el cielo se viste de sombra:
El sol parece no salir para todos.