PASTEL, MANGOS Y MIL ESTRELLAS.
Yo sé que hay un pequeño riesgo,
pero mi alma lo asume sin miedo.
No te veo, amor, como un fantasma;
prefiero tu cariño antes que la fama.
Tu sonrisa brilla más que mil estrellas,
tus labios saben a pastel de fresas.
Tus caderas: mangos con sal, pimienta y limón;
tu personalidad es una hermosa canción.
Eres impresionante, perfecta como un turpial,
tus caricias y besos es mi mundo tropical.
Tu humildad me hace quitar el sombrero;
amarte es nadar en medio de dos océanos.
Eres la chispa de mis locuras,
el perfume de mis aventuras,
el licor que embriaga mi corazón;
eres mi fuego… mi dulce adicción.