La Abuelita.
Abuelita, esa mañana,
subí por un haz de leña,
Y vi pasar por el monte,
muchos soldados de veras.
Llevaban sables muy grandes,
cañones y escopetas,
Y unas cosas como camas,
de negros hules cubiertas,
¿A dónde irán abuelita?
¿que a dónde irán? ¡a la guerra!
¿y que e eso?¡lo más triste!,
Va, tú me engañas abuela.
Si algunos iban vestidos
con traje de oro y estrellas,
como que estuve tentado
de ir detrás solo por verlos.
Anda, llévame y no seas terca.
¡Infeliz, que yo te lleve!
Si lo que es eso supieras.
¡Pobrecito, escucha!
Esos sodados que has visto
caminando por la sierra.
Agobiados de cansancio,
Hambre, sed, frio y tristeza.
Pues se van dejando a tras
las torres de sus aldeas,
los hogares donde alegres
deslizaron su existencia.
Las flores de sus campiñas,
las amistades sinceras,
mil recuerdos venturosos,
mil esperanzas risueñas.
Fuente que oyeron suspiros,
novias que oyeron promesas,
y madrecitas del alma,
que no verán más su vuelta.
A sufrir van como mártires.
A luchar van como fieras.
A morir van como héroes.
¡A morir! quien lo creyera´
¿y porque van a morir?
¿y porqué todo lo dejan?
Porque algún hombre ambicioso,
Su dominación extienda,
¿y por un hombre se matan?
¿Y por un hombre es la guerra?
¡Hay que niños son los hombres!
Hay que niños son, abuela.
Adiós al os que a morir vais,
para que otro se engrandezca.
¿luego, ya no quieres ir?
¡jamás! Aunque me vistieran
con el traje más bonito
cubierto de oro y estrellas,
no me iría de tu lado
con lo triste que em cuentas
¿y si al oír tus palabras
alguno viene y te lleva?
Que antes me lleve el Señor,
Yo no quiero ira la guerra.
Y arrojándose a los brazos
de aquella anciana tan buena,
repetía sollozando, que no me
lleven abuela, que no me lleven,
Anónimo, de mi tío Miguel,
responsable de mi afición por la poesía
Recopilado por AASS en SAB abril de 2017.