Cuando la noche habla, calla el viento,
y el cielo escucha cada pensamiento.
Las estrellas murmuran antiguos secretos,
mientras los sueños cruzan todos los rieles quietos.
La luna, testigo de todo lo callado,
pinta de plata el mundo silenciado.
Cada sombra guarda historias escondidas,
de almas, recuerdos y noches perdidas.
Los árboles susurran con hojas temblorosas,
cuentan de amores, penas y cosas hermosas.
El río, espejo de la noche que respira,
refleja la luna que al horizonte suspira.
Cuando la noche habla, despierta el misterio,
el tiempo se curva, cambia su criterio.
Los suspiros flotan en el aire profundo,
y cada silencio se convierte en un segundo.
Los gatos caminan con pasos sigilosos,
guardianes nocturnos de secretos hermosos.
Y en la penumbra, la ciudad parece soñar,
entre luces dormidas y ventanas al azar.
Cuando la noche habla, escucho su voz,
y siento que el mundo es todo a la vez y a los dos.
Es un instante donde todo puede suceder,
y en su murmullo eterno me vuelvo a perder.