Rafael Medina

Sangre en la pluma

Escribo y la palabra me hiere, cada sílaba abre una herida que no sé cerrar.

 

El papel ya no es blanco, late como piel desgarrada, bebe la sangre que gotea de mis pensamientos.

 

No canto para ser eterno, canto porque me desmorono, porque mi voz es un hilo roto y mi pecho un pozo donde se ahogan las estrellas.

 

No busco belleza, solo un alivio que nunca llega, un refugio que no existe, una mano que apriete la mía antes de que se enfríe del todo.

 

Si alguien me lee, que sepa que aquí hubo un hombre, frágil, vencido, humano, que no supo salvarse pero aún así dejó que su dolor tuviera nombre.