Comenta su reciente diagnostico
como una noticia más.
Extiende el tablero,
dispuesto a jugar.
Coloca sus fichas
y las del contrario.
Le sobra generosidad.
Es buen jugador,
pero no se hace notar.
Permite avances
por las rendijas
de su humildad.
Piensa cada movimiento,
obviando el cansancio.
No se queja.
Como quien peregrina
a Itaca,
vive
cada momento del viaje
como la recompensa final.
Yo me distraigo,
y peco siempre
del mismo lado.
Cuando creo
que voy a perder,
juego
sin querer
con sus piezas.
Lo recuerda
y me devuelve a la realidad.
Gran maestro oriental,
Debería copiar mil veces
Perdon y Gracias.
Nunca se enfada.
Vivir es como una partida
de ajedrez.
Cada ficha
y cada moviento
cuentan.
El juego es la lucha.
Afronta cada jaque mate
con una sonrisa.
Lecciones
difíciles
de olvidar.
El objetivo es ganar.
Dicen
que si los sueños
se persiguen
terminaran
cumpliendose.
Ojala hoy sea
cada vez más mañana.
Si Dios es amor
tiene que sanar.