Hay un idioma secreto
cuando tus ojos
buscan los míos,
y la distancia se acorta.
Ayer me descubrí
persiguiendo señales
y entonces noté
que después de cada
diez palabras
aparece ese instante
de roce invisible,
tu mirada en la mía.
Sonríes antes de irte,
pero nunca te marchas del todo;
te quedas en el roce de mis dedos,
en la torpeza dulce
de quien inventa excusas
para no soltar.
Y yo,
yo celebro cada gesto tuyo,
porque en cada mirada
me nace la certeza
de que también me buscas.
♡♡♡