Míralos, cómo juegan entre ruinas;
Ya su antiguo mundo fue destruido
Por un pelotón bastante instruido,
Bajo mando de viejos e inquinas.
Los señores de acciones mezquinas
Hacen del hombre producto extruido,
Porque parecen de juicio obstruido,
Quienes no tienen almas bien genuinas.
Más los que van perdiendo inocencia
Pagan con ella lo que los aterra,
Pues, para matar, el oro licencia.
Mientras, un discurso el mal soterra.
Ahí van lores sin comparecencia,
Tornando niños en presas de guerra.