_Incipiens_

Antes del Amanecer

Hoy es un día querido;
descanso… tranquilo.
La felicidad ha hallado refugio
en el mullido nido
que a mi pecho se aferra.

Hoy no hay temores.
La ansiedad quedó atrás,
pisándome los talones.

Un oasis nuevo
se abre ante mí,
sin miedo a revelarse.

Abundante esperanza mana de su manantial;
el amor susurra,
la ternura acuna su jardín.

Afiladas raíces
mellan las viejas ataduras.
Bebo su agua:
verdes enredaderas irrumpen,
llenan el aire,
su savia unge mi pecho…
y cala hondo,
hasta fortalecer la entraña.

Allí quisiera quedarme,
en la quietud de mi burbuja inquebrantable;
lejos del ruido,
del ajetreo que hiere,
bebiendo siempre de su néctar interminable.

Pero temo alzar la vista:
que el brillo me hiera los ojos…
y, al cerrarlos,
la dicha se disuelva en la sombra.

Quizá este remanso sea un sueño,
y la pesadilla —
ya afilando sus dientes —
me espere,
silenciosa,
en el mañana.