NO-SER Y NADA ABSOLUTA
Me deshago en la nada,
y en ella no hay principio ni fin.
Ni sombra, ni suspiro, ni recuerdo:
solo el abismo silencioso del no-ser.
El tiempo se pliega sobre sí mismo,
la luz se evapora,
y todo lo que fui se disuelve
en un océano sin orillas.
No hay yo, no hay cosmos,
solo vacío absoluto
que me acoge y me disuelve,
como si nunca hubiera existido.
Ni peso ni forma ni nombre:
soy viento que nunca sopló,
eco que nunca resonó,
llama que nunca ardió.
Y aun en esta nada total,
hay un halo, un resplandor sutil:
la conciencia de que el no-ser
es también el todo que no se ve.