En el susurro verde del campo
se despierta la vida,
los trigales se mecen
como corazones que laten al viento.
El bosque guarda secretos antiguos,
su sombra fresca es refugio,
donde los pájaros entonan
canciones que parecen hablar de nosotros.
El amor florece en cada rincón:
en la hierba que acaricia los pies descalzos,
en la brisa que roza tu piel
como si supiera tu nombre.
Tú y yo caminamos entre árboles y estrellas,
y el mundo, por un instante,
es un poema escrito en hojas,
un cielo que baja a la tierra
para recordarnos
que amar es también sembrar raíces
y crecer
juntos hacia la luz.