Como viajero del tiempo,
que cuenta lo vivido,
un testigo de la historia,
-de la era pleistoceno-
permanece arrecido,
con toda su vanagloria.
Por si lo echaran de menos;
guarda sus recuerdos
en un congelado armario,
de sus escondidas colgaderas
cuando asechaban depredadores
y grandes dinosaurios.
En su cueva de hielo,
con su denso
pelambre marrón,
gigante perezoso,
silente y solitario,
un eterno durmiente;
es el gran Milodón.