Un poco de cicuta, agua de plebe,
comer sin luz, existencial negrita,
ripio incierto que ritmo necesita
con su pizca de sal y dos de nieve.
Pensar sobre el humano: ser percebe,
ser un gusano oscuro que repita
que dios y su palabra no bendita
son las locuras de un señor que bebe.
Mi soneto requiere de ambulancia,
lo arremetieron fuerte en la pandemia
con mucha soledad, mucha inconstancia.
Mi soneto enfermó de la leucemia
del ávido poeta de arrogancia
que escupía su vil, falaz blasfemia.