Franjablanca

Soneto libre

No me vendéis los ojos todavía,

dejadme contemplar este momento,

que quiero ver de lejos la agonía

haciéndose esperar a fuego lento.

 

Prestadme otra noche y otro día,

decidle al Sol que cuenta con mi aliento

para poder vengar en copa fría

al velo que nos nubla el firmamento.

 

Vivir con la esperanza a media asta

es abonarle al miedo su terreno,

pero yo tengo un verso que lo aplasta.

 

Como la libertad no pisa el freno,

in albis quedará quien diga basta;

sin blanca quien se apropie de lo ajeno.