En el lento transcurrir de los años,
Van cayendo las hojas,
Del árbol de la vida mía.
Mi corazón aún cobija
Una vieja pena enegrecida.
Que con el pasar del tiempo
Y de la culpa.
Se encarnó en lo más profundo de la herida.
Y fuiste tú, muy joven.
Y fui yo; insensata y fría.
Ahora habitada por nostalgias
Que me hostigan en las
Oscuras noches de mis días.
Clamó a tu corazón dolido,
Por tu perdón y olvido.
¡Cuánta culpa, cuánta pena!
¡Cuánta angustia! Merecida.
En estás mis tardes vacías.
¡Curatè! ¡Por favor!
Es mi ruego mi suplicio
-Es el grito que te imploro-
Desde el fondo del pecho mío.
Que si tu corazón curas.
Al mío darás paz darás alivio.
Ni el pasado ni la distancia
Son bálsamos que suavisan.
Al contrario claramente,
Verdugos que se ensañan.
Con ponzoña desmedida.
Busco la forma o manera
De arribar a tu corazón herido.
Y presentar ofrenda en pago
Por el gran daño infringido.
¡Curate por favor!
Es mi súplica insistente.
Que para ti y para mí;
Es el mejor de los destinos.
Es en nombre de ese amor,
Aquel que una vez vivimos.
Heme aquí a está hora
Rogando yo por tu gracia.
En ésta distancia eterna
En éste silencio mudo.
Culpa mía. Sí, lo reconozco;
Insensata fui.
¡No! fui imprudent
Ignorando por completo.
Que al partir dejaba yo,
Asolaciòn y ruina.
Y tu fe en el amor,
Para siempre derruida.
¡Curate te lo ruego!
Es por paz es por tu alivio.
Es por esa pena que carcome
Tu corazón y el mío.
Clamo al destino
Ayer hoy, y mañana
Volver a ver brillar
Esos tus ojos brujos.
Y que un hermoso amor
Alegre tu amanecer
Y abrigue tu corazón
Ahora ensombrecido.
\"Curate por dios,
Por tu dios,
Y por el mío\".
Es mi forma mi manera
De implorar perdón
De encontrar olvido
Martha Patricia
Días de pájaros y de cenizas.