Paranoia
Me quise disfrazar para ir a verte,
la noche estaba tímida, sin luna;
pero antes de salir a la tribuna,
pensé, ¡qué peligroso es conocerte!
Mas luego, proseguí, por no perderte,
la idea pareció muy oportuna
y entrando, justamente a tal comuna,
sentí los vendavales de la muerte.
En medio de aquel pueblo en que pasaba,
los perros aullaban en la vía,
y nadie, por detalles, se asomaba.
En fin... llegué a la casa que quería;
y mientras, yo la puerta te tocaba,
del hombro, me agarró la policía.
Samuel Dixon