Pícaros en la literatura: Rinconete y Cortadillo.
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Dos mozos sin oficio ni destino
con naipes y tretas por herencia
viajaban con la astucia por camino
buscando en la picardía su ciencia.
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Rinconete, con maña de tahúr
mezclaba barajas como oraciones
Cortadillo, con gesto de albur
hurtaba bolsillos, sueños y raciones.
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En Sevilla encontraron su hermandad
la cofradía de ladrones viejos
donde el engaño era ley y libertad
y el hambre dictaba versos y consejos.
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Mas Cervantes, con ironía fina
les dio gloria en páginas de disciplina.
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