Eres como la luz que se cuela en la ventana a las 7 de la mañana para recordarme que estoy vivo, y dejo que recorras mi mano, después subes por mi cuello hasta llegar a mis ojos y entras por cada poro, por cada grieta de mi ser, y sin decir nada ni materializarte ya te amo, ya siento el hambre de mi corazón por tu ser, por tus ojos que brillan como gota de rocío iluminada por un rayo de luz sacado del paraíso, y así vas por mi carne y mis huesos, por mis pensamientos que te dibujan tendida en una hoja y desnuda, mujer que inventas el amor.