Ella no escucha,
a su madre que bien que la llama,
y nada le altera,
enfocando su tiempo en la escena...
Delante de casa,
quieta con alma de fantasía,
la niña soñadora,
se siente conectada a una estrella...
En la anochecida,
erguida en vertical, como una flecha,
la niña y la estrella,
se miran desde su inmediata lejanía...
¡Qué maravilla!
un 17 de mayo en primavera...
es toda una reina,
que lleva de corona a su estrella...