Luis Barreda Morán

Efímero

Efímero 

La existencia es rocío sobre el prado,
que brilla con la luz del nuevo día,
y antes del mediodía se ha secado,
dejando apenas humedad sombría.
Así de breve es nuestra estadía.

La juventud es un jardín de color,
que con los años se va desvaneciendo,
la hermosura es un fugaz fulgor,
que el viento se lleva silbando,
y sin avisar se va muriendo.

La hermosura que muestra la flor pura,
con sus colores vivos y su aroma,
la rompe el viento con su premura,
convirtiendo en recuerdo lo que asoma.
Todo lo hermoso pronto se transforma.

El amor brilla como un lucero,
ilumina la noche con su fuego,
pero a veces es solo un aguacero,
un chubasco de gozo y de anhelo.
Es destello que se pierde en el suelo.

Las horas caen como hojas secas,
sobre el suelo gris de la memoria,
y se borran las huellas y las señas
de aquella pasajera y dulce historia.
Todo se esfuma sin dejar historia.

Los sueños que guardamos en el pecho,
y los planes que hacemos con fervor,
se disipan sin haber deshecho
el lazo invisible de su dolor.
Todo termina como una flor.

Mas en lo efímero hallamos la verdad,
la lección simple de esta brevedad:
vivir el instante con sinceridad,
amar sin medida, con humildad.
Que el valor no está en la eternidad.

—Luis Barreda/LAB