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Voy caminando y yo siento, te siento,
pero no puedo parar los instantes
que me llegan, tan dulces, tan brillantes,
alas de claridad.
Solo es luz, son recuerdos que reviven
y al andar presurosos desvanecen,
porque son los momentos que merecen
toda fidelidad.
Ya marchaste, ya te fuiste hacia un cielo
que quitó de un corazón su alegría,
pero a mí, me persiste la utopía
de que no hubo final.
Son las voces, aromas y sentidos
de las brisas que besan como flores,
pues bien sé, que no mueren los honores
si el alma es inmortal.
No hay ocasos que sean solo ocasos,
ni vacíos sin sus brillos dormidos,
y yo te busco entre ellos, escondidos.
Allí, puedo buscar.
No hay voz que pueda verse con los ojos,
y allí donde resuenen los reflejos,
aunque vengan de lejos, de muy lejos,
yo los podré soñar.
Voy caminando y te siento, yo siento
donde viven memorias de la vida,
donde se muestra la fe compartida
para ver y creer.
No es posible que el tiempo retroceda
y sonríe al decir que siempre queda
volver a florecer.
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Jhetsefany
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El mismo sendero
por donde volamos juntos, eternos…
tan claros y sin prisa.
Desandaremos los recuerdos
por donde el eco nos lleve,
con el viento que mece las flores
Infinitamente…
De la nada aquel brillo
que guía nuestra mirada
entre los sueños perdidos.
Siempre juntos,
en cada latido, sin tiempo,
somos presente en la alegría
que nos renace, amorosamente.
ANGHELUZ