¿Progresista, qué sostienes?
¿Libertad o libertinaje?
Un juego sin arbitraje,
con mascotas, pero sin nenes.
Fomentas la modernidad:
sin familia, hijos, ni género,
solo con viajes, ocio y dinero.
¿Tendrás así continuidad?
Mujeres avanzan como hombres,
varones depilados cual hembras.
Reuniones de a tres siembras,
ni siquiera conocen sus nombres.
Banderas llena de colores
claman “vive y deja vivir”.
Nada te atreves a prohibir,
con nuevos sabores y olores.
Orgulloso por ir en contra,
del abuelo conservador.
Demagogo y competidor,
tu sociedad está vacía y confronta.
Revolución sin religión.
Ideas ilusas, raras y confusas,
relaciones humanas difusas.
Época épica de desorientación.
¿Quién te abrazará y amará?
Tal vez un robot con dulce voz.
Él sabrá cómo, qué y quién sos,
pero su batería se terminará…
Por doquier, santa tecnología:
desde el auto hasta la ducha.
No olvides tu sensor en la cucha,
realidad virtual con toque de herejía.
Pensamiento sin profundidad.
Ofrecen on line carreras cortas.
Crear contenido y decorar tortas.
Cunda en la educación mediocridad.
Jueces sin leyes y corruptos.
Políticos fieles a sus tantos amigos.
Tratan a su pueblo como enemigos.
No hay drama, regalitos e indultos.
Planeta sano y verde como tu fumo.
Libres los narcos y maras violentas.
Las neuronas virtuales son lentas,
ya no pensás por tanto humo.
Tu cuerpo lleno de tatuajes,
labios y pechos con goma.
A vos, scort, el espejo te doma,
peores que tigresas salvajes.
Moda de inteligencia artificial,
terminará muchas profesiones.
Obvio, sin malas intenciones,
ayudará sin interés comercial.
Héroes con micrófonos,
próceres con botines,
apuestas locas sin fines.
¿Paro? ¿O te doy soluciones?
Porque vibran tus teléfonos…