Tengo el alma rota desde que te fuiste.
El doloroso y frío vacío corroe mi corazón.
No acepto está cruda y funesta realidad.
La melancolía me consume por dentro.
Y no me perdono no haber estado ahí...!
Debí estar ahí contigo, y ser tu compañía.
Recorrí las calles solitarias en una noche
de lluvia torrencial y enardecida que me empapó.
Aquella noche recordé que disfrutabas la lluvia:
eras tan feliz mojandote y bailando..
Las pesadas gotas se deslizaban por mi cuerpo,
y yo estaba lleno de ira, tristeza y culpa.
Aprendí mucho de ti; fuiste mi maestra,
como una madre, y hasta mi mejor amiga.
Lamento tanto que no pude despedirme de ti...
Seguirás viva y presente en mi existir.
Autor: Lordey Redtrury
Registro de obra: DNDA - Dirección Nacional de Derechos de Autor
Dedicado especialmente a la memoria de aquellas personas que ya se fueron sin que hayamos podido despedirnos de ell@s, y siempre ocuparán un lugar sagrado en nuestros corazones