Ella,
mi excusa perfecta para pecar,
sus labios,
sus senos,
suaves,
no lo supongo,
lo aseguro,
la invento en el aire,
la desaparezco.
La excusa perfecta para pecar es ella,
y quizá no lo sabe,
pues aún sin todavía tocarla,
mi cama,
mi almohada,
mis brazos la buscan sin poder hallarla...