juanestrada

Maleta de viaje

Me voy con mis cosas,

 simples para el olvido

y livianas en el póstumo equipaje.

No me abruma

-como a Borges-

el peso incesante

de los griegos, los laberintos,

los tigres o las etimologías.

Simple y, presuntuoso quizá,

comparto con él la certeza

del paso silencioso del tiempo

y la callada presencia de la parsimoniosa muerte

que me trabaja en las lentas tardes.

 

Liviano mi fardo

y en él un verso certero,

la inocente luz de diciembre,

una secreta lluvia de noviembre,

el luminoso perfume de mayo,

la risa infantil de mis hijos

y la borrosa imagen de mis padres

que en algún secreto lugar

acaso me aguardan.