I. Kurobane

Condenados

Sé de tu soledad

Tu resguardas la mía 

Oh, dulce tormento

Terminemos el martirio de vivir

 

Solo en tus brazos seguro me siento

Solo tu comprendes mi tinta

Si ni siquiera eso tengo

Por favor llévame contigo 

 

Mil historias te he escrito 

Mil historias, ninguna conmigo 

Escribimos los dos en el papiro

Testigos de los eternos sueños 

De esta condena somos dueños