Se han inmovilizado las pupilas
ante la realidad conmocionada de tu tristeza
tus ojos enrojecidos
tu piel ruborizada
tus manos gélidas
el susurro de una voz sin voz
lanzando mi angustia hasta los huesos
por el dolor incoherente que produce el silencio
Mis manos inconexas imposibilitadas al abrazo
el crepúsculo que agoniza en tu iris afligido
Yo quisiera que mis manos ocupen el vacío
que mis dedos insensibles te palparan en las sombras
para acariciar tu alma angustiada y asustada
para que despierten a la realidad
de un perdón suplicado e implorado