La vida cría
con prisa dura,
y desafía
toda ternura.
Mas en su danza
de ligereza,
siempre se alcanza
la nobleza.
Se va volando
tiempo ligero,
nos va dejando
su fiel sendero.
Pero en la herida
que reverdezca,
guarda la vida
su nobleza.
Breve camino,
paso callado,
marca el destino
ya dibujado.
Mas si se quiebra
con su rudeza,
siempre celebra
la nobleza.
Trae la memoria
días pasados,
guarda la historia
rostros callados.
Todo termina,
todo tropieza,
pero ilumina
la nobleza.
Si el tiempo aprieta,
si todo pasa,
queda la meta
firme en su casa.
La vida alienta
con su firmeza,
y siempre ostenta
la nobleza.