A Betiana, la conocí a través de conocidos en común. Hacían un toque en su casa. Yo no estaba mucho en vena, de ir. Pero me dije entre una noche más de Netflix o conversar y escuchar un poco de música, aunque no es lo mío el rock, fui.
Ahí estaba ella, yendo de un lado a otro, para servir los bocaditos. Hablando fuerte, y como anfitriona, muy buena.
Otra amiga se había instalado, pretenciosamente como bartender.
Empecé a sentirme incómoda, porque no conocía a ninguno.
Me sentía un poco como sapo de otro pozo. De todo se reían, algunos, salían a dispararse algo, no quise saber mucho, lo que sucedía fuera de la casa.
La blusera, Betiana, en un momento de la noche dijo ya hemos bebido y comido suficiente. Es hora de que empiece el toque, y ella se sentó en la batería.
Un músico le había enseñado y ella muy fanática del rock y teniendo buen oído, contagiaba el placer que le producía la música.
Ninguno de sus dos hijos estaban, era la noche de ella. Uno estaba con el padre y otro con su novia, al ser grandes e independientes.Tal vez, creo, que cuanto más lejos de la madre, era mejor.
Porque ella les hacía apagar la música que les gustaba, como la cumbia, bachata o salsa, les decía que no era música eso, que no se podía comparar con el rock, que era arte.
Esa noche, era la previa, a las elecciones, donde estas son obligatorias. Y se acopian de alcohol, porque está prohibido su venta. Así que el ambiente estaba caldeado, música, tragos y política.
Con lo primero no me llevaba, muy bien y con lo último menos, así que me quedé en la zona de los tragos. Luego de varios acordes y media alegre, me llevó a reírme medio descontrolada.
Allí la blusera, me increpó: ¿de qué te reís?- No es para reírse, nosotros los músicos lo tomamos muy en serio.-
Seguí riendo y cortando unas cáscaras de naranja para los tragos. Asimismo para mis adentros, no iba a convencer a nadie de nada.
Ahora bien, la blusera era de otra provincia y nunca había hecho, el cambio de domicilio. Así que pensaba que no era la más indicada, para hablar de política.
Luego, supe que ella fue criada por una abuela, porque su padre se casó y tampoco lo que venía a hacer la madrastra fue amable con ella.
Mientras su madre se había ido fuera de fronteras y nunca más había dado señales de vida.
Por lo que me imagino, su provincia no le traía los mejores recuerdos....
Otros eligen no cambiar el domicilio, lo hacen a propósito, para ir ese día y visitar familiares y amigos.
Mas, no era el caso de la blusera, que si bien su discurso era muy convincente, nunca había hecho nada para ejercer el voto.
(rosi12)