Me inclina mi corazón a abrir la mente.
A entender e iluminar al ser humano.
Pues pretende una ilusión pensar que somos
de forma alguna superiores a un gusano
Y sigo pues buscando entre los míos,
Estudiando del hombre sus matices,
Y llegando por fin a conclusiones:
Dire que tres tipos de humanos he encontrado.
Tres tipos que definen su existencia,
Su inclinación mental, su fútil vida,
Sus perspectivas y su inteligencia,
Su lucidez o su fatal demencia.
Existen pues los hombres razonables,
Los hombres cuyo cerebro se moldea,
Los que solo con argumentos se convencen,
Y evolucionan y medran y prosperan.
Existen a la vez irrazonables
Que de argumentos desprecian y se burlan,
Más es posible inclinarnos a cordura
Si les das sólidas pruebas contundentes.
Por último existen tales hombres
Que de estupidez enarbolan su bandera.
Ni argumentos ni pruebas los convencen,
Pues en su insensatez sabios se piensan.