gaspar jover polo

LA NIÑA INGEBORG

LA NIÑA INGEBORG

 

Pasó el tiempo y la niña Ingeborg,

se convirtió en la adolescente Ingeborg,

de una naturaleza muy diferente

aunque con algún rasgo todavía en común,

y luego en la señorita Ingeborg; pero

la adulta Ingeborg mantenía además

recuerdos muy firmes sobre la niña Ingeborg,

de cuando iba a buscar a su padre al trabajo:

se recordaba a sí misma

con la misma curiosidad,

cuando observaba con gran interés cómo se elaboraban

los productos que luego su padre vendía

como representante oficial de la empresa,

el meticuloso trabajo de los operarios,

cada paso que daban en la cadena de montaje

con extraordinaria precisión.

Y un poco de tiempo después, la señora Ingeborg

contrajo una enfermedad bastante grave,

y el nuevo estado en que se encontraba

le llamó particularmente la atención, le pareció curioso

en extremo, e, igual que la niña Ingebor,

se puso a curiosear

sobre el montón de los síntomas y de las variantes

que arrastra una enfermedad tan peligrosa,

tanto que, al pasar algo más de tiempo,

podía convertirse en enfermedad sin curación.

 

Gaspar Jover Polo