Pagando Promesas
Requiem Por un Alma Maldita - Carta 1
Pagando promesas
que nunca debiste pronunciar,
mientras tu boca
se tuerce en gesto agónico.
Tu hora;
sí, tu hora.
En la cual lates lento,
brillando como una estrella.
Pero una estrella en su ciclo final,
cuando se devora a sí misma,
sintiendo cómo su luz se apaga.
¿Cuán grande fue el amor?
No, no fue amor,
sino locura disfrazada de gloria.
El vacío entre los dedos,
la mentira en tu pecho,
como esa falsa esperanza
que se ahoga en sus propias olas.
¿Cuán grande fue el final?
Tan grande como el eco de lo perdido,
como la sombra que no sabe huir,
como el grito silenciado
en el instante de su muerte.
Y aún te buscas,
pero ya no hay tiempo
para hallar lo perdido.
Solo queda la marca en la piel,
el olvido, y la promesa rota.