El caracol
despierta con la lluvia
que dan los cielos.
Va con su casa
a cuestas, y su paso
tan singular.
Hay muchos cuentos,
relatos infantiles,
de caracoles.
Hoy los recuerdo,
me arrancan la sonrisa
y me enternecen.
Las narraciones
de amigos y mayores
junto a la lumbre.
Aquel abuelo,
sentado en la cocina
junto a las brasas.
La del amigo
charlando en el recreo
sobre esta historia.
\"...Érase un río
y un caracol, llegaba,
hasta su orilla.
Se preguntaba
a quién pedir ayuda
para cruzarlo.
Y vino un niño,
con sueños en sus ojos,
azul celeste.
Y le tomó
con mano temblorosa
y así le habló:
No tengas miedo.
te paso a la otra orilla,
si es lo que quieres.
Y el caracol,
un tanto sorprendido,
le dio las gracias.
¡Qué bello gesto!
Que tengas buen camino
y el cielo premie!
Este era el cuento
que vuelve a mi memoria
en este día.
Rafael Sánchez Ortega ©
15/08/25