Luciana Trejo

Donde el humo recuerda

Luego de fumar mi primer cigarro me quedó bastante claro, o eso creí creer, que el humo no solo sale de tus pulmones; también abre camino hacia los recovecos de la memoria. A aquello que antes ni por asomo te atreviste a mirar.

El humo me reveló que siempre me perdí en tus ojos, incluso cuando ellos no se posaban en mí. Que delineaba con la mente tus cejas, y que tu mirada me suplicaba, en silencio, ser bienvenido más allá de lo que alcanzaras a ver en mí.

Ambos sumergidos en lagunas de cauces distintos, pero dispuestos a explorar aquellas aguas turbias.

Así terminé mi primer cigarro, y con él, un amor entre las manos.