REGRESAR DEL OCASO.
Anoche me desperté meditabundo
En ti pensaba como un acto reflejo,
Recordé nuestros te quiero
Que alguna vez nos dijimos.
Y no fui yo, la mano inicial de la partida
El puñal hundido
Que dejo abierta la herida.
Yo no te culpo, ni me culpo a mi por eso,
En esta senda hemos sido dos arrieros
Errantes en el camino que elegimos;
El camino intransitado en el rumbo del idilio.
Vale igual que seas vos o que sea yo
Quien esta partida tranque,
O sea justa la medida, jugarnos el desempate
En el juego del amor,
Y con alegría y sin temor
Tirar los últimos ases...