Haz Ámbar

Cosas que son causa de tu espanto

Revuelvo miserias con la ilusión todavía de enfocarme en otro rumbo,

por penas en tránsito remordido profundo, tal que merezco

yo castigo hasta el tuyo. Al verdugo sólo le pido

que sea rápido al cuello. Así mi sustancia indefinida prosigue 

existiendo errante por el vasto universo, cual remoto espejismo 

entre que te seca la sed y crees que has visto al fin amanecer.

 

Me masturbo en mi resguardo. Soledad sin llanto

cuando hay de todo lo mejor, y es más que justo.

Quisiera evadirme, que venga alguien que me alivie.

 

La solución aún está por escribirse... No hay una

aunque es tan simple. Tiembla el pulso de este artífice.

Felizmente pasaría por tu calle sin cegarme a maravillas 

las que ronden, si no fuera que mi vida yace ausente.

Lucho contra el tiempo tal vez cuando me embriago.

Poco que decir que ya me sirva para salvarme

de su juego mezquino. Me rindo a la masacre 

y hasta del mal me hago amigo...

 

La realidad es una jaula que se toca y hace hablar.

Bajo la sábana nuestros sueños que están aún por cumplirse.

Mi camino sigo incluso aunque me permitas que dude.

Colecciono máscaras de las caras más raras y comunes.

 

Intento evitarme pero estoy hasta en el techo.

Donde voy ahí me encuentro esperando desde antes.

De verdad no hay nada que hacerle. Ya es tarde

para sacar cabeza de este hoyo oscuro, estrecho.

 

La luna es una imagen confusa en mi mente

a cuya influencia no puedo negarme por más que persista.

Es ella distante sin culpa que incluso allí escucha

los pesares del mundo, y conmovida se queda así siempre.

Mi sed la doblega y caigo entonces en la senda de vuelta.

Vengo decidido pues a cosas que son causa de tu espanto.