David Vidal

te dejo ir donde nunca estuviste

Te busqué en cada sombra del camino,

como si fueras parte de mi andar.

Me perdí intentando hallar destino

en un amor que no supo llegar.

 

Te soñé con la fuerza de un quebranto,

te escribí versos con mi soledad.

Pero amarte era abrazar el espanto

de esperar sin ninguna realidad.

 

Hoy recojo los restos de mi alma,

y los junto sin pronunciar tu voz.

Ya no tiemblo, ya no pierdo la calma

por alguien que nunca miró hacia los dos.

 

No fue amor, fue un eco disfrazado,

una herida con forma de ilusión.

Fui yo quien amó lo que fue inventado,

no a ti, sino a mi proyección.

 

Y está bien… todo eso está bien.

El dolor también enseña a crecer.

A veces amar deja cicatriz en la sien,

pero no tiene por qué doler por siempre.

 

Hoy te dejo ir sin odio ni cadenas,

sin pedir que vengas a cerrar.

Ya no sangro, ya no cargo tus penas.

Te li

bero… y comienzo a respirar.