Las luces de las velas bailan sobre el mantel carmesí
El candelabro sonríe, como si sintiera la música en derredor
El perfume que nos rodea embriaga nuestros sentidos
La mesa está puesta, las copas servidas, y a la distancia
Unos violines dulcemente, entre acordes, nos acarician
Tomas tu copa de vino, la levantas al nivel de tus ojos
Qué hermosos ojos tienes! Me miras a través del cristal
Sonriendo, coqueta, insinuante, alargas una mano
Y la deslizas en el aire como dibujando mi rostro
Cuánto te amo! No puedo creer lo feliz que soy
El mozo llega con los primeros platos
De forma magistral y casi imperceptible
Los acomoda en el lugar destinado para ellos
Y se retira en silencio, para no alterar la magia
A la distancia me mira e inclina la cabeza, agradezco el gesto
La velada transcurre en una especie de espacio etéreo
Que nos lleva a sensaciones indescriptibles
Los platos son excepcionales, el licor de primera clase
El servicio es espectacular, el lugar muy confortable
Pero es tu compañía la que hace de esta cena memorable
Cuánto te amo! Quiero quedarme en este espacio, en este tiempo
Atrapado en un bucle infinito de amorosa pasión y deseo
No quiero que esta magia se acabe jamás, no quiero
A tu lado descubrí que es posible estar en el cielo
Sin necesidad de haber muerto. Aquí me quedo!