Te acuerdas de ese lejano verano en el que nuestra vida eran una sola pieza
La campaña nos regalaba su oro color,
trigos y centenos enlazaban nuestro amor.
Me acuerdo de ese verano alrededor de tu cuello, cuando vivir se coloreaba de amarillos, y entre el viento y la malva
Tú me decías vivir es otra cosa
que este olvido del paso del tiempo y de sus estragos,
del amor, y del desgaste de lo que
hacemos; de la mañana a la noche:
cortar el mar, cortar el cielo, la tierra,
ser a su vez pájaro, pez , topo,
finalmente: jugando a dividir el aire,
el agua, las frutas, el polvo; actuando como si fuera y no fuera.
Me decías vivir es otra cosa
como si al arder solo fuera la poesía.
¿Olvidando ? El gusano en la manzana, el viento en el trigo, el sol que se arrastra entre los surcos.
Ya que todo cae siempre, ya que todo
vuelve a empezar y nada es lo mismo
a lo que fue, ni peor ni mejor, y no dejamos de repetir: vivir es otra cosa.
P. Sabag