Carlos Baldelomar

--+ ASUNTO CONCLUÍDO+--

Tenía un plan, sabés,

una prolija estrategia

para esquivar los precipicios

y mantenerse a salvo

del corazón y sus desórdenes.

me declaraba sensato,

guardando los impulsos

y hasta creía tenerlo todo

bajo un control más o menos

decente.

 

Pero bastaron dos trazos de tu sonrisa,

el pretexto de tu pelo en el viento,

para que el plan se volviera absurdo,

un mal diseño que ahora admito

con una especie de orgullo.

Se desbordaron todos los caudales

no hubo cumbre ni montaña

que sirviera de refugio.

Desde tu recuerdo hasta tu imagen que palpita

lo has ocupado todo.

Y ahora qué te digo.

Que ya no importa si es locura.

Que te quiero así,

como un loco manso que ha encontrado su sitio.

Que sin vos la vida es un trámite

y casi, casi

se me olvida cómo respirar.