Oscar Albanecich

La Jornada

La Jornada

 

Amanecí lejos hoy de mis zapatos

y triste he llegado al final de la jornada.

Como sol sin nombre

vagué por los prados que no fueron

cogí causa atuendos libros rotos

me lancé  al desierto a purgar mi encuentro.

Arrastradas por corceles

cristalinos llegó la pena hasta mi rostro

que hacia los bríos de la madrugada

me marcaban con insomne sortilegio.

Sobre mi andar se devuelven las huellas traicioneras

y trastocan el presente

haciéndome danzar sobre cenizas de una rosa muerta.

Y aunque el trino de ave silenciosa

no halla tocado su ventana

Yo la quise.

Desde ese día

ese en que el hueco en mi lecho

se torno un abismo incontenible

no quiero acercarme hasta su nombre

porque me lleno de  fantasmas

que pasean por mi piel en llagas,

las aristas del mundo se clavan en mi entendimiento

y nada suena razonable

¡¡Amanecí lejos de mis zapatos

y triste he llegado al alzar de la jornada.!!

Transité así lejos

Las horas del medio día

como espectro de carne y olvido;

sigilosa y fría cual serpiente

se instaló en el huerto la punzante soledad

bajé los párpados y dos columnas de lirios inconclusos

golpearon -----

Amanecí esta jornada lejos del pan y la esperanza

No preguntes vida mía

Por donde transitar.....

No preguntes

Que nocturnal mecías me traerá devuelta

Hasta el soneto

 

¡¡ lejos amanecí de mis zapatos

y triste he llegado al final de la jornada.!!