Eros Corzo Camacho

Verso Libre XII Narrativa de la creación del Universo

Él, ella o eso,

en la voluntad pura y suprema;

 

Somos y fuimos su chispa,

como un arte oculto, bien pensado,

ejecutado a su placer.

 

No le vimos su alta estampa,

pero asumimos que somos su reflejo.

 

¿Habrá muerto luego de darnos a luz?

¿O luego de crucificar a su hijo

por una mala impresión?

 

Somos su principio y su final,

y luego del final, lo oculto:

lo que no puede ni leerse

ni escucharse,

ya que su forma de comunicarse

es distinta,

y es perfecta,

porque su sola presencia

es poema no escrito,

es poema no hablado.

 

Cuando nos creó,

el tiempo ni se enteró;

su poder no dudó:

 

La expresión de luz

que llegó a todo

sin fracciones de tiempo,

eco universo

y bio diverso

con la geografía planetaria

a su aceptación,

fuimos tal vez

su final evocación.

 

Entonces,

el Universo se expandió

como una mano inocente extendida

y el mundo,

muy dentro,

como un clavo,

perforó esa mano extendida.

 

Como su última voluntad,

tal como un padre perdona

y hereda a su hijo su riqueza,

heredamos este mundo, sin tocar

el desheredo de su destrucción,

una fuente de vida inagotable,

que los hijos de nuestros hijos

por siempre vivirán.

 

Perfecto fue,

es

y será

la presencia

de magnificencia pura.