Eres brillante rubí,
abrazado por la tierra.
Aromático alelí,
que mi corazón encierra.
En mi frenesí, te abrazo,
como nieve a la montaña,
como niño en el regazo,
como sol a la mañana.
A cada rato te abrazo,
de noche, como de día.
Mi destino son tus brazos,
abrazo es mi poesía.
Yo te abrazo hasta en mis sueños,
son reales; soy tu dueño.
Todos los derechos reservados ©
Dr. Salvador Santoyo Sánchez.
21/07/2025