Alberto Escobar

Poqué, poqué, poquéee.

 

 

 

Qué es Poesía
—la pongo en mayúsculas
por la grandeza del término,
y sin interrogaciones por llamar
la atención—. No lo sé. 
Para qué sirve la Poesía. 
No lo sé. 
Por qué escribimos Poesía. 
No lo sé. 
Qué ganamos escribiendo Poesía. 
No lo sé. 
De qué nos vale escribir Poesía
si, si vale el afecto que te dan, afectos
haylos fuera de la Poesía.
Por todo lo dicho y por algo más 
no escribo Poesía, solo escribo...
Pensar la Poesía es tal que pensar
en el ser, en el absoluto; es tan grande
que cabe todo, hasta lo que de seguro
no es, y más ahora, donde todo vale
y nada es ley, y todo es discutible. 
Si me dicen que soy poeta me lo creo
y si me dicen que no escribo Poesía
también —para gustos colores—.
Escribo porque, como leer, se convir
tió hace tiempo en vianda habitual
en mi dieta —y de momento no le he
hecho ascos, aunque sí escribo con más
libertad númerica que antes—.