Si decido madrugar
y me escondo, tras las ramas
no es que sea cobardía,
es que pretendo dar caza
a quien presuma de bizarria
y se tacha, de animal.
De buena mañana la cara
me pinto con alquitrán
por pasar inadvertido,
y en silencio ni respiro
por el ansia de cazar
a quien tanto ha presumido.
Aguardo sereno mi puesto
escondido entre las hojas,
y a tiros, lanzo mis versos
a cañonazos mis prosas
al osado que se ponga
al alcance de mis dedos.
Hoy de nuevo sale el sol
dando luz en la mañana,
y esperando estoy dar caza
a una alimaña o a dos
con la punta de mi lanza
que es mi pluma, de escritor.
Pasarán junto a la trampa
que escondí bajo los tallos
y caerán de buenas ganas
haciendo cruz con sus brazos,
y sus gritos del pasado
se harán silencio en palabras.
Hoy de nuevo he madrugado
con la intención de cazar,
bien con lanza, bien con arco
la presa, no escapará
al poder que dan mis manos
y a mi forma de versar.