FRANCISCO CARRILLO

De caza.

Si decido madrugar

y me escondo, tras las ramas

no es que sea cobardía,

es que pretendo dar caza

a quien presuma de bizarria

y se tacha, de animal. 

De buena mañana la cara

me pinto con alquitrán 

por pasar inadvertido,

y en silencio ni respiro

por el ansia de cazar

a quien tanto ha presumido. 

Aguardo sereno mi puesto

escondido entre las hojas,

y a tiros, lanzo mis versos

a cañonazos mis prosas 

al osado que se ponga

al alcance de mis dedos. 

Hoy de nuevo sale el sol

dando luz en la mañana,

y esperando estoy dar caza

a una alimaña o a dos

con la punta de mi lanza 

que es mi pluma, de escritor. 

Pasarán junto a la trampa

que escondí bajo los tallos

y caerán de buenas ganas

haciendo cruz con sus brazos,

y sus gritos del pasado

se harán silencio en palabras. 

Hoy de nuevo he madrugado

con la intención de cazar,

bien con lanza, bien con arco

la presa, no escapará

al poder que dan mis manos

y a mi forma de versar.