Su Silencio
Un joven de invierno cruzó por mi vida,
su sombra de mármol, sus labios de niebla;
pero bajo el frío sentí que latía
un jardín secreto de dulzura quieta.
No sé su nombre, mas me hiere su ausencia,
su mirada envuelve, desnuda mis penas;
¿por qué no me habla si el alma me tiembla?
Mi pecho lo llama y su voz no llega.
Un amigo le sigue, con risa encendida,
quizá en sus palabras su nombre me ofrezca;
sus labios me buscan, pero son mentira,
mi boca es de aquel que en mis sueños reina.
Ahora sus ojos rehúyen mi encuentro,
me deja en la noche sin luz ni respuesta;
Dios, dame coraje para ir hacia él…
y robarle el nombre que en mí se quema.