Hoy me vestí de pena,
una que me supo a distancia,
por todas las cosas que de mi vida se fueron,
y ahora a lo lejos veo.
A diario me baño de absurda tristeza
por todo lo que me quitaron,
y este dolor tan grande
que me dejaron en el pecho.
Desayuno, almuerzo,
y ceno melancolía.
De este duelo amargo nunca avanzo,
nunca camino ni una esquina.
Pero tampoco disfruto de la vida,
porque todo me sabe a mentira.