Lunes.
Empieza la semana,
y las ganas aún no se agotan:
ganas de olvidarte,
ganas de ir a verte,
abrazarte,
y dejar un beso en tu frente
como quien deja una promesa.
Martes.
Lo único que sé es amarte,
quererte como si la vida no tuviera otras tareas,
como si todo fuera un café interminable
donde tus ojos fueran mi única página.
Miércoles.
La mitad del mundo se inclina hacia tu nombre,
y entonces descubro
que no se trata de sobrevivir,
sino de sostener tu risa
como quien guarda la última palabra de un poema.
Jueves.
El reloj se burla:
cada minuto sin vos
es un animal herido
que me muerde la memoria.
Viernes.
El aire tiene sabor a despedida,
pero yo no me despido.
Te busco en las sombras,
en las conversaciones ajenas,
en el hueco tibio que
deja tu ausencia.
Sábado.
La noche es un mapa de tus manos.
Bebo de tu voz,
me pierdo en la geografía exacta de tu abrazo,
y entiendo que hay viajes
que no necesitan tren ni destino.
Domingo.
La calma no es calma:
es un océano que me recuerda
que mañana vuelve el lunes,
y con él,
estas ganas inagotables
de ir a verte,
abrazarte,
y dejarte un beso en la frente.
_FreddyEspinoza